Fuerza, amor y amistad

Y te sientes cansado, te sientes débil, sientes el peso de tu cuerpo multiplicado por cuatro y te sientes mal contigo mismo por estar así. Sacas fuerzas para ignorar lo que te hace sentir así, intentas aparentar que no pasa nada y quizás lo consigas pero… en el fondo de tu mente y de tu corazón, no es así y sufres. Te sientes impotente por cada palabra, por cada hecho, por cada silencio, por cualquier motivo que llevó a esta situación.

Eres consciente de que te enamoraste y aún estás enamorado, de la forma más fuerte posible, de la mejor amiga que nunca has tenido. Con quién más has reído, con quién más ilusión te ha generado, con quién más de todo has sentido. Y eres consciente de que ella no siente lo mismo, de que a pesar de tener una conexión casi perfecta, esta muestra de amor es incompatible y lo culpas del distanciamiento que hay ahora.

Piensas sientes que necesitas la amistad de esa persona como al principio, pero los sentimientos que van más allá de la amistad son muy fuertes, y no te quieres engañar, no la quieres engañar.

Y no eres idiota, y lo has pasado mal, y ella sin quererlo te ha hecho sufrir pero, cuando conoces a alguien tanto, cuando consigues amar a alguien tanto que, quieres lo mejor para ella por encima de todo, eres capaz de tragarte tu orgullo y sacar las fuerzas de donde sea necesario.

Eres débil y lo sabes. Sabes que esto te juega una mala pasada, sabes que no quieres ser así, que quieres ser el tipo que has sido siempre, y te tienes que forzar a ser fuerte aunque no te apetezca, aunque sientas que te va a explotar la cabeza, aunque no quieras hablar, aunque no quieras ver a nadie.

Y finalmente te preguntas por qué simplemente las cosas no pudieron salir bien.